Cuáles han sido mis aprendizajes durante el año 2020

 

A inicios del mes de enero de 2021 compartía en mis redes sociales un extraordinario post de Fernando de la Rosa acerca de los aprendizajes que tanto a nivel personal como profesional había adquirido en 2020.

Fue en ese momento cuando el propio Fernando me retó en Linkedin a hacer visibles los míos. Los cuales, sin duda, tenía muy claros en la mente pero como suele ocurrir no había ordenado de la manera adecuada. Es más, posiblemente no me había parado a pensar en ellos y cómo sacar provecho en las nuevas circunstancias que íbamos a vivir tras 366 días tan poco comunes.

No me pondré a su altura por la sencilla razón de que sus experiencias, capacidades digitales y gusto por el diseño exceden a las mías. Pero sí, al estilo clásico de los blogs, buscaré tratar de que lo que yo ya he interiorizado pueda ayudar a otras personas a encontrar su camino. Porque, al fin y al cabo, de lo que va esto es de compartir para mejorar entre todos. La clave, sin duda, de lo que hemos tenido que pasar de manera conjunta a nivel global.

- Mi confinamiento fue duro, pero ya había elegido hace tiempo trabajar en casa y pasar mucho tiempo con mi familia. Así que, aunque con poca libertad, no estaba lejos del estilo de vida que había escogido. Seguramente para quienes suelen llegar tarde a sus domicilios o apenas interactúan con sus hijos (por voluntad propia o no) las complicaciones fueron mucho mayores.

- El problema de base es que España no tiene educación digital. Hasta el 12 de marzo un porcentaje demasiado alto de la población no es qe no hubiera usado Zoom, Teams, Slack o WebEx: es que no sabía que existían. Y a ello se une la escasa formación en gestión de notificaciones móviles en correos y mensajería instantánea.

- Sin pretender generalizar, es evidente que hay una disociación entre la visión directiva y la de los empleados. Mientras asistimos al intento de retornar cuanto antes a las oficinas por parte de los dirigentes, existen numerosos artículos que hablan de que cerca de un 70% de trabajadores querrían seguir (al menos algún día a la semana) operando en remoto. Aunque no se atrevan a decirlo.

- No todo el mundo puede tener un plan B y un plan C, pero hoy día no hay excusa para formarse rápido y barato y probar nuevas cosas, aunque sea como hobby. A mí se me cayeron en marzo el 90% de mis clientes de comunicación pero los 10 años que llevo hablando de teletrabajo me dieron no solo visibilidad sino también ingresos.

- Quien crea contenido tiene el poder. De llegar, de vender, de aparecer, de ser creíble. Hemos asistido a la caída del periodismo clásico, pero se siguen consumiendo noticias como nunca.

- Cuando tenemos la oportunidad, debemos quedar con gente diferente a la de nuestro entorno. Nos da visiones distintas, nos hace pensar de otro modo y hasta aumenta nuestra empleabilidad. No podemos postergar los cafés que queremos tomarnos con quien nos interesa hablar.

- La economía de la propiedad va a dar paso a la de acceso. Hemos visto los muchos gastos superfluos que tenemos y si nos gastamos dinero seguramente sea más en experiencias (un buen vino o una buena cena en casa, un viaje a un lugar solitario) que en posesiones. Porque, además, demasiada gente no podrá acceder a ellas.

- Hablando de economía, esta cayó menos de lo que hubiera caído si muchas personas y empresas no hubieran podido teletrabajar, a pesar de las reticencias (al menos en España). Hemos salvado empleos y economías domésticas.

- Antes el concepto Trabajo dominaba la mayoría de nuestro tiempo. Ahora, como dijo el CEO de Coca-Cola, trataremos de equilibrarlo con el Deporte, el Descanso, el Ocio y la Familia,

- Y por último, me queda cada vez más claro que hay que ayudar a la gente. Justo antes del Estado de Alarma colgué gratis en Linkedin mi libro '¿Por qué no nos dejan trabajar desde casa?'. Ignoro cuántas personas lo descargaron y si les sirvió, pero es un gesto que no costaba nada de hacer.

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