Este no es un artículo que busque el clickbait (para los no iniciados, establecer un titular llamativo que incite a pinchar para saber más y encontrarse en realidad con una redacción pobre o simplista). Pero sí trata de aspectos que cada vez observo de manera más comùn en directivos, desbordados sin querer por un cambio de roles que no saben o no quieren asumir.

Dice David Tomás, CEO de Cyberclick (nombrada Best Place To Work hace pocos años) que hay que sustituir la figura del jefe por la del mentor. La estructura piramidal por la horizontal. Y los horarios cerrados por la flexibilidad. Pero esas palabras, al menos en España, chocan contra una cultura presencial y de vigilancia heredada de los empresarios hechos a sí mismos. Y hay que trascender fronteras para encontrar países que comiencen a entender en grande la nueva realidad.

Partimos de la base de que ni un solo político en España (salvo quizá Toni Cantó) ha emprendido jamás. Y la mayoría de ellos nunca han trabajado en la empresa privada. Lo que debería incapacitarles para dictar leyes laborales, que sin embargo aprueban bajo un enorme desconocimiento.

Por contra, asistimos en Latinoamérica a una comprensión creciente y constante de las nuevas realidades. Tanto es así que Colombia promulgó una Ley de Teletrabajo hace cuatro años y ya le han seguido Costa Rica, Chile, Perú, Panamá o México.

Pero lejos de ser preocupante, que lo es, la escasa perspectiva pública con respecto al futuro de la sociedad freelance, más grave es sin duda el hecho de que muchos dirigentes de grandes compañías sean tan incoherentes. No permitiendo, por ejemplo, laborar en remoto a muchos de sus empleados cuando ellos pasan 100 días al año fuera de la oficina haciéndolo de facto.

Por todo esto, llama la atención que bajo la D de directivo se escondan otras cuatro a las que no han sido capaces todavía de enfrentarse:

DEPORTE.- No solo es importante practicarlo. No solo ayuda a disminuir el número de bajas laborales. No solo te ayuda a despejar la mente y da cabida a nuevas ideas. Debería estar integrado en el horario laboral. En este Moment de Twitter explicamos en su día por qué

DESCANSO.- Si Cristiano Ronaldo se entrenara seis horas en lugar de dos no sería mejor futbolista: estaría lesionado. Por la misma regla de tres, pasar más horas en la oficina no te hace mejor en tu puesto. El descanso es necesario para asentar lo aprendido, pensar en dónde quieres llevar tu empresa a medio y largo plazo y desconectar del día a día. Incluso en un despacho. Si los creativos de Mad Men fueron legendarios ocurrió, entre otras cosas, porque se tumbaban en su sofá.

DELEGAR.- Lo sé. Ni es fácil ni nadie va a hacer las tareas como tú. Pero si no confías en la gente que contratas, ¿para qué los fichas? Porque tener que vigilar a personas con un curriculum lo suficientemente brillante para plantearte su incorporación no tiene mucho sentido, ¿no?

DESAPRENDER.- Lo admito. Creo que esta palabra se ha usado de manera irresponsable. Y no es verdad que los conocimientos adquiridos no sirvan hoy de nada. Más bien al contrario: te permiten afrontar la realidad desde perspectivas diferentes. Pero es muy cierto que ni se puede dirigir igual que hace 10 años, ni tan siquiera plantear estrategias empresariales.